Algo tan simple como la rotura de la correa del alternador, un fallo en el termostato del refrigerante o una diminuta fisura en un pequeño tubo de goma, nos puede dejar tirados.
Elementos ciertamente económicos cuya sustitución a tiempo – a raíz de una sencilla revisión del vehículo- nos evitarán costosas reparaciones.
Esto nos da una idea de la importancia que tiene el mantenimiento periódico del coche. Si queremos ahorrar, mejor prevenir antes que arreglar. Pero ¿dónde debemos poner el foco a la hora de realizar ese mantenimiento?
- Para que todo vaya sobre ruedas. ojo a los neumáticos. Vigila su desgaste y la profundidad de su dibujo. Es importante para garantizar su perfecto agarre a la carretera. Mantenlos siempre inflados con la presión adecuada. Su correcto equilibrado evitará un desgaste prematuro, además de proteger la suspensión, dirección y transmisión de tu vehículo.
- Los líquidos no son eternos. Se gastan o caducan con el paso del tiempo o con los kilómetros recorridos. Si quieres que todo fluya correctamente, revísalos. Rellena y sustituye. Hablamos del aceite del motor, del existente en el diferencial y caja de cambios manual, el de las cajas de cambio automáticas, del líquido refrigerante, el líquido de frenos,…
- Correas, manguitos, bomba de agua, termostatos,…Hay muchos repuestos para coches que te ahorrarán cientos de euros en averías.
- También puedes economizar mucho a la hora de sustituir piezas y elementos externos, comprándolos por internet. A través de la venta de piezas de carrocería online podrás olvidarte de los paseos hasta el desguace y aprovechar interesantes descuentos.