Los hijos ven a sus padres como modelos a los que deben imitar, por ello, es necesario que los mayores enseñen a los pequeños a cómo mantener sus bocas sanas. Para tener unos dientes perfectos y una boca sin bacterias es necesario que nuestros hijos aprendan desde bien temprano la importancia que tiene el cepillado de los dientes y las visitas al dentista.
Algunos de los hábitos que podemos enseñarles a nuestros hijos son: el cepillado y enjuague diario, ya que el flúor fortalece los dientes y los protege de las caries, además es recomendable que se laven los dientes dos veces al día, pero sobre todo antes de irse a la cama; uso de hilo dental; exámenes dentales, etc. Por lo tanto, si tenemos buenos hábitos desde pequeños podremos tener dientes sanos toda la vida.