Tener una piel tersa y firme es una de las tareas más complicadas de mantener a medida que pasan los años, ya que esta tiende a volverse más flácida y no todo es capaz de mantenerse en el sitio que corresponde inicialmente. Por esa razón, muchas personas se plantean una operación quirúrgica, ya sea facil o en cualquier otra parte del cuerpo.
Los tratamientos para mantener una piel lisa y reducir o eliminar la aparición de arrugas son los que se realizan con botox. Por una parte, este se utiliza para combatir las arrugas, pero también existe riesgo y connotaciones negativas al emplearlo.
El botox es una neurotoxina que provoca la relajación de los músculos, y estos, al no poder contraerse, hacen desaparecer las arrugas. La diferencia con el ácido hialurónico radica en que este se emplea para dar volumen, en cambio, lo más efectivo para la disminución de las arrugas es el botox. Ambos tienen una duración limitada de tiempo, por eso, muchos doctores recomiendan reponerlo varias veces al año.
También es bastante frecuente el empleo de hilos tensores, estos consisten en monofilamentos de polidioxanona, que gracias al colágeno que contienen, hacen que la piel luzca con un efecto tensado y dan un efecto lifting al rostro sin necesidad de ser intervenido en un quirófano. Su aplicación es tanto facial como corporal y en ambos casos, los resultados son inmediatos, aunque los resultados se aprecian mejor tras el primer mes, teniendo una duración de 12-18meses.
Los beneficios que provocan este tipo de tratamientos suelen ser:
- Tratar los signos del envejecimiento.
- Define y marca zonas como el mentón, pómulos y cuello.
- Frena los signos de flacidez.
- No requiere cuidados especiales.
- Proporciona un efecto tensado de la piel.